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Pablo Echevarría: Creo que los artistas tenemos el compromiso de conspirar contra todas esas cosas que tienden al olvido

Gentileza @mariacabezawriter

«El arte existe porque la vida no alcanza”
Ferreira Gullar

Dibujante y pintor uruguayo. Creador de una estética muy singular ya que explora el universo en su totalidad e inmensidad. Un artista plástico que pasa del lienzo a los objetos, del blanco y negro al color, trasmuta continuamente. De esta manera muestra que el arte está en todas partes y que, como el amor, ocurre.

Echeverría proviene de una familia donde se respiró arte. Su mamá amante de la lectura y una gran dibujante. Los mandó a Pablo y a su hermana a estudiar teatro, pintura, música, danza. Todo lo que era literatura lo tenían a mano porque en su casa había una gran biblioteca. Dice Echeverría:  «Nos abrió caminos, el arte nos salvó la vida». Su hermana es bailarina y coreógrafa.

Es separado y tiene una hija de 20 años, Constanza, quien terminó su carrera de gastronomía y tiene una beca en Salamanca. Dice de ella:

«Es el motor de mi vida, un antes y un después».

–Comienzo mencionando a su hija: ¡Qué amor tan inmenso!

Sí, es inconmensurable. Existe una crítica de Silvia Martínez Coronel, que ha hecho un trabajo, y un análisis serio de mi obra, que dice saber exactamente en qué momento de mi proceso creativo, aparece mi hija. Como consecuencia inmediata y ajena a mi consciente, asoman la concepción, la resignificación de la mujer, sus formas. Constanza, mi hija, es mi vida.

 Sigue hablando sin voz, su expresión contornea cada silenciodedicado a Constanza.–¿Qué diferencia hay entre tu obra de los 80 y la de hoy? 

Hay un camino recorrido, hay técnica, evolución; existe un tránsito continuo. Arranco con una estructura asémica- yo hacía gigantografías con un trazo muy fino(me pasaba noches enteras). Me han dicho que esos trazos aún se ven, esas naves ¿cierto? Son hijas de aquellas grandes obras. Es un proceso que va sucediendo junto a los acontecimientos de la vida que nos van haciendo elegir una paleta, un formato y hasta, a veces, obligando a hacer un trazo más lento, más suave, o más agresivo. Uno se inclina por determinados tonos- no hay nada consciente allí, pero sucede. Es el proceso de la vida misma.

–¿Por qué pasaste de un formato a otro y qué te llevo a eso? 

El cambio del formato se fue dando naturalmente. En mi caso, la elección de un formato me da seguridad. Estoy dentro de esa zona de confort ¿verdad? Ves los límites en el tamaño; luego llega un momento en que uno dice no, y querés romper esos límites y expresarlo de otra manera, mostrar otras cosas y eso, te obliga al cambio. –¿Y los materiales? Lienzo, madera… 

Hoy experimento diferentes tamaños y soportes. Trabajo el lienzo y también la madera indistintamente. Un dibujo puede terminar siendo una construcción vidriada o salpico con acrílico. Insisto en que son estados inconscientes.

–Tu paso del B&N al color. ¿Existe alguna razón o se dio espontáneamente? 

En los 80 hacía dos cosas diferentes: los dibujos a tinta (esas gigantografías de trazos muy pequeños) y trabajaba la mancha-que se puede ubicar en el expresionismo abstracto-.

Hice cosas desde 20×20 hasta obras diez veces más grandes. Nace naturalmente, el dibujo empieza a mezclarse con la pintura y a sugerir otro formato. Me di cuenta de que estaba repitiendo algunos conceptos de esa caligrafía lírica, a los que les iba poniendo color. Luego aparecen de fondo y la pintura encima. Por eso el negro resurje y tiene su protagonismo. –¿Cuándo pasas del lienzo al objeto? 

Es muy interesante como se da esto de salir del lienzo. Me tentaba mucho cualquier superficie lisa para hacer algo: desde una cajita de ropa interior hasta no sé, … y creaba algo. Así comenzó. Recuerdo una caja de celulares en negro a la que le hice unos dibujos en blanco. Luego empiezan trabajos puntuales: tablas de surf, carteras, instrumentos musicales, vestimenta y el cuerpo humano que me parece lo más lindo que existe- además de la fuerza que tiene el concepto, digo, el trabajar sobre la piel desnuda-. Pintamos (body painting) sobre cuerpos de modelos y bailarinas. Ese fue un poco el salto que se fue dando naturalmente. Luego veía un objeto y pensaba

“¡Uy que bueno quedaría esto intervenido!; Hoy, todo lo que está a mi alrededor, lo comienzo a transformar. –¿Qué es el arte? ¿Todo es arte? 

DiceFerreira Gullar:  «El arte existe porque la vida no alcanza”. Algo de eso sucede: creo que tiene que ver con un pequeño milagro. Picasso decíaque pintores había muchos, pero que a él no le interesaba ser un pintor, sino un artista. Él hablaba de  alguna diferencia que comparto: ¨Un pintor pinta para vender, yo vendo lo que pinto». En definitiva, lo que estaba diciendo era que hacía lo que se le antojaba. Y si hay alguien que, sin dudas, hizo lo que quiso fue Picasso. Agregaría que ese hacer lo que se nos antoja tiene que ver con cierta verdad personal. Cito a Degas:  «Solamente cuando ya no sabe lo que está haciendo, un pintor hace cosas buenas». Me gusta mucho este definición. La experiencia de tantos años y el no saber qué estoy haciendo, ni por que escogí ese color ni el motivo de esa raya…hay algo que es inconsciente que está dando lugar a una verdad; que viene de otra realidad que se conecta, quizá con un orden superior. Que cada uno le ponga el nombre que quiera. Con el todo o con la nada, no sé, algo más grande. Esa idea de Degas es la que más se parece a ser un artista. Y no, no todo es arte.–Esa mezcla de inconsciente, con el libre albedrío y el conectar con algo que ni siquiera sabes que es… 

Algo así, contesta, con una risa abierta, honesta, embriagada en pinceladas de una vida llevada a pleno

–Tus obras no tienen nombre ¿Te parece que agrega a la obra el tener uno? 

En los comienzos la primera muestra que hicimos con algunos poetas, se llamó El trazo y el sueño. Era una cuestión de asociar textos a los distintos dibujos. Hicimos la curaduría juntos. Aun así, me independicé muy rápidamente de eso. Sentía que me condicionaba y al otro. Poner el nombre después, es una trampa y buscar un concepto, me limita demasiado. Me he escapado del título.

–¿Te bancas las malas críticas? 

Con la crítica me llevo muy bien. Creo saber leer cómo viene, de qué va, soy coherente. Lo que no podemos hacer es aceptar las críticas cuando  son favorables y ponernos mal cuando son adversas. O le prestas atención o no. Sino, pasa como con los premios; siempre son una porqueríay están arreglados…hasta que me lo otorgan a mí. Conmigo han sido muy generosos, revistas especializadas, europeas, con conceptos muy lindos. Por ejemplo, Silvia Martínez Coronel ha hecho una crítica seria, desde el arte, con una visión profesional muy interesante. Hugo Rocca, Emilio López Gelcich (de Chile) hablando desde el conocimiento, cierto. Tal vez mostrándole a la gente, que no está acostumbrada al arte, de donde viene esto o aquello. La crítica común -que es habitualmente infundada – para decir qué lindo o qué feo- es como expresar ¡qué mal te queda ese vestido! no tiene otro carril. Estar pendiente de lo que diga la mayoría… mmm el arte debería ser una cosa más seria y sagrada. –Sos dibujante y pintor: ¿en qué crees que sos mejor? 

Comencé dibujando. Hoy la pintura y el dibujo se han fundido. En algunos momentos tiene más peso el dibujo y, en otros, la pintura. El manejo independiente le da el peso al resultado: el dibujo ayuda a definir el concepto visual. El tiempo también es interesante: cuando se tarda mucho en resolver, pasa que la pintura va variando y uno, al otro día la ve distinta -porque uno es otro y también la pintura es otra- En esa instancia tan profunda e íntima se encuentra el camino. Borges decía que un libro no es nada hasta que se abre, y que, al abrirlo, se hace infinito.

–Tus pinturas tienen de todo: manchas, maquinarias, electrónica. ciudades futuristas. ¿Vos ves eso o lo pintas y consideras que la obra la termina quien la mira? 

En mi trabajo la gente comenzó a encontrar cosas: esto es un barco, esto es una ciudad; me han llamado para hacer murales y me han dicho: «Nos interesa mucho ese concepto urbano”. Son cosas que ve más el otro que yo. Ahora, cuando te lo marcan varios, yo me detengo a observar; lo que hay que evitar es condicionarse. (me lo cuenta mientras pasa su mano sobre una obra gigante).–¿Sos ansioso, tranquilo? 

Me considero un trabajador incansable, no sólo por estar pintando 24 hs, sino porque me transformo en lo que hago. Una vez me dijo Mandrake Wolf, que es músico, que él tenía un trabajo y que después de trabajar se dedicaba a componer; hasta que un día, no aguantó más eso de tener que dividirse. Y me dijo: «Pasé a ser un músico 24 hs.». Y es así. Dejé de trabajar 8 hs para vivir quien soy. Ese es el compromiso del artista.

También aplica para la definición del arte: no es nada que te pese. Al revés, es la vida que te eligió a vos. Como dice Cortázar respecto al amor…ese rayo que te parte los huesos en la mitad del patio. El amor sucede, el arte sucede.

–¿Cuál es tu deseo para este mundo? ¿Lo ves caótico? ¿Por qué? 

Es un momento muy especial, se me viene esto de Dolina de que el universo es una inmensidad hecha de ausencia, uno no está casi en ninguna parte. La individualidad, la soledad. la angustia están más acentuadas que nunca. También confundir calidad de vida con cantidad de cosas. Estamos ante un nuevo orden, otro modelo de valores. Paradójicamente, en un mundo hiperconectado, los chicos no se pasan la pelota- uno está con una playstation 5 jugando con otro que está del otro lado del océano-. Creo que nos han pasteurizado. Y vienen cosas peores.  Creo que hay que tomar conciencia de lo que está sucediendo. Tengo la convicción de que los artistas tenemos el compromiso de conspirar contra todo eso que tiende al olvido. Mas que nunca hay que estar a favor de la verdad, la belleza, el amor, de todo lo que no se pueda comprar. Hoy, como jamás antes, el arte salvará al mundo.

Nos quedamos en silencio mirando al mar.

María Cabeza Copyright2024

@_pablo_echeverria_

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