Pulsa «Intro» para saltar al contenido

Lo bello es simple

Dersu Uzala o El Cazador, es el nombre de un maravilloso libro de Arséniev que luego fue llevado al cine, dirigido por el gran Akira Kurosawa. Brevemente, relataba la historia de un hombre común, un cazador y su vida simple.  

Agustín Sena, o “El Sereno” podría decirse que es un hombre de una simpleza extraordinaria, adquirida con el devenir de los años y que muchos quisiéramos poder alcanzar algún día. 

Nacido en Santa Ana, Corrientes, Agustín- El Sereno- dejó su ciudad natal y se vino a Moreno- Buenos Aires- a trabajar, dejando atrás una novia, gallinas y conejos. El correr del agua de los ríos y el bello sonido de los manantiales también quedaron en Santa Ana, pero se los trajo dentro de su corazón. 

Este hombre de 47 años y piel curtida por el sol y el trabajo en el pavimento vive con su hermana y sus tres sobrinos que son como sus hijos. Es soltero y sin apuro. 

–¿Cree en el amor? 

Estuve enamorado en Corrientes, estaba trabajando y me picó el bichito- dice con una carcajada-. Estuve dos años y después me quise venir para acá y ella no y ya, ningún lío, la vida. Yo extrañaba a mi familia también. 

 –¡Ahora es sereno y está sereno! ¿Cómo era trabajar en el asfalto?, ya que dicen que es uno de los trabajos más duros por el calor 

Eso me pasó, mucha presión, stress, los compañeros mismos me maltrataban porque el calor es insoportable e irrita. La paga era buena más no aguanté mucho tiempo. Ahora estoy tranquilo, vivo en el colectivo, acá.

–¿Cómo es la vida en un bus? 

Es lindo, es como una casa: tengo baño, pieza, tele, heladera, todo lo que hay en un hogar. 

–¿Qué soñaba de chico? 

Sonríe y responde: “Soñaba qué iba a ser rico y nunca lo fui” 

–¿Y hoy? ¿Qué lo inunda de felicidad? 

 La plata no porque ya sé que no sirve para ser feliz; me da alegría poder trabajar y ayudar a mi familia. 

El Mundo de hoy… 

Me interrumpe casi como protegiéndome de su propia respuesta y en una abrir y cerrar de ojos espita:’ Loco, re loco” 

La gente está unos locos y otros más locos, así que es como todo, si a mí me joroban, me voy a otro lado. Si me hacen enojar, agarro mis cosas y rumbeo para otro lugar. Yo, si no trabajo, no como, pero sé que puedo conseguir otro laburo. 

¡Qué maravilla! Un ser libre, feliz, en paz y con lo que tiene puesto 

–¿Mar? ¿Montaña?  

Nunca fui, pero me gustaría conocer el mar. En Corrientes iba a los ríos. 

–¿Tiene solución la pobreza? 

No, no se soluciona más; los gobiernos quieren todo para ellos, tiran siempre más para los ricos que para los pobres.  

No lo dice resignado;hay sabiduría en sus palabras y convicción. 

–¿Qué opina de la violencia de hoy en día? 

¿La violencia? Cada vez más reviradas están las personas; la plata pone a la gente agresiva, quieren plata y se vuelven locos.La droga también y quieren más y más…Mire, a mí me robaron los conejos y las gallinas cuando murió mi viejo. Se llevaron todo. Sin embargo, aquí estoy; tranquilo, trabajando.

Amo los conejos, a las gallinas, no se ría por favor, pero les tengo miedo. Y obvio, no pudo contener una sonrisa de oreja a oreja que me hizo reír como hacía rato no lo hacía.  

En el medio de la calle cortada, sentados en sillas blancas de plástico, compartimos un silencio inmerso en nuestrsa soledades.

Habla, me cuenta…

Yo vivo el presente. Me gusta mirar tele, amo la tele, las series. No me gusta el football; miro dibujos animados con mis sobrinos; eso me vuelve loco. 

–¿Qué valora en una persona? 

Aprecio la sinceridad, que sean nobles sería lo mejor, pero hay muchos falsos que dicen hola y por atrás te están puteando 

–¿Cree en el valor de la palabra? 

No, ya no creo; me fallaron y no doy segundas oportunidades 

–¿La muerte? 

Para mí no existe, por ahí estoy equivocado… 

–¿En qué sentido? ¿Usted cree que no se va a morir? 

Casi atragantado de la risotada me responde; «Ah, sí! yo quise decir que no hay nada. Me muero y listo. 

Y se queda, pensativo. Siento que esta en un lugar donde es feliz y me guardo preguntas que interrumpirian su soñar despierto.

Me levanto, apago mi grabador y no contengo mi llanto 

***

María Cabeza ©2024